Las luces de la ciudad se encendían poco a poco mientras caminábamos del metro hacia el Lunario del Auditorio Nacional. El crepúsculo se disolvía en gratos colores para dar paso a la noche, a esa esperada noche que vivirá en mi mente como uno de los mas gratos momentos de mi vida.
La fila no era tan grande cuando llegamos (poco más de 3 horas antes del inicio del concierto), adelante de nosotros habría unas 50 o 60 personas, que según nos dijeron los mismos miembros de Kashmir, habían llegado desde las 7 a.m.
Cansados por el viaje, nos sentamos en la banqueta a platicar, con la emoción a flor de piel y las expectativas forjándose poco a poco en nuestras cabezas, que no podían aún asimilar que estuviéramos ahí, y mucho menos imaginában lo que sería.
Los clásicos vendedores apenas y se hicieron presentes, pero eso no impidió que comprara una playera, como es tradición de todos los conciertos a los que asisto.
Poco después de las 8 pm el acceso comenzó. Nunca había entrado al Lunario, pero me sorprendieron las dimensiones del lugar, un lugar pequeño para ser un espacio donde se presentan todo tipo de espectáculos, aunque bastante versátil.
Tan solo tres filas de personas eran las que nos separaban del escenario donde los instrumentos estaban ya depuestos para el show. Estaba tan cerca, tan emocionado, tan feliz. Una hora 45 minutos pasaron tan rápido, las ansias crecían, la emoción se desbordaba, el alcohol fluía, y comenzábamos a desesperar, pero si habíamos esperado tantos años para esto... esperar quince minutos más, ya no era nada.
Fueron una eternidad, demasiado lentos... Parecía que el reloj conspiraba contra nuestra causa y se regresaba minutos atrás, burlándose de nosotros. Y justo cuando ya nadie podía esperar ni un minuto más, los cuatro miembros de Kashmir salieron al escenario, para dar inicio a una íntima velada cargada de energía y fuerza, de emoción, de sentimientos, de recuerdos. Y comenzamos a vibrar al ritmo de
"Kalifornia".
Sin más preámbulos
"Melpomene" emergió del escenario y sus primeros acordes flotaron hasta mi, causandome un estremecimiento en el cuerpo, jamás imaginé que escucharía en vivo esa canción, llena de recuerdos y de memorias, tan especial para mí...
"Still Boy" del nuevo disco
Tresspasers continuó con la velada, la muy buena
"The Curse of Being a Girl " del
Zilities,
"Mouthful of Wasps" que prendió el ambiente todavía más,
"Mantaray" a la que siguió la hermosa ,
"Ruby Over Diamonds".
El concierto continuó con
"Bewildered in the City" del nuevo disco. Y la clásica
"No Balance Palace" del albúm homónimo, siguió con esta increible experiencia que hacía vibrar mis sentidos, los hacía vibrar al ritmo de la música.
Y cuando todos creíamos que no podía ser mejor,
"Surfing the Warm Industry" sorprendió llevando el concierto a un clímax que no acabaría si no hasta el mismo final del concierto.
La hermosa
"In the Sand" (otra canción con significado muy personal) y
"Miss You" continuaron con la bella experiencia.
"Petite Machine", seguida de
"Big Fresh" y la enérgica
"The Cynic", cerraron el concierto, dejandonos sudados, excitados, eufóricos...
Kashmir no se podía ir así, por supuesto, y tras un rato de vitores regresaron al escenario. El encore fue maravilloso, comenzó con
"The Aftermath", seguida por
"She's Made of Chalk" y terminando con la exquisita y tan ansiada
"Rocket Brothers". Por supuesto que después de este clásico los ánimos estaban exaltados y nadie quería que la magia terminara.
Y Kashmir regresó a un segundo encore, para verdaderos fans, donde viejas canciones "Lampshade", "Vote 4 Dick Taid", y "Leather Crane" fueron desempolvadas y resurgieron frente a nosotros. Incluso Kashmir dijo que tenían mucho que no las tocaban.
Y una vez terminadas estas canciones antañas y sorprendentes, los cuatro Kashmir se despidieron muy emotivamente prometiendo regresar pronto. Asger, el baterista, me dirigió una gratificante mirada y movió la cabeza hacia abajo en señal de despedida, señal que quedará grabada en mi memoria para siempre, como esa noche, como esas canciones, como esas emociones. Y claro, las expectativas forjadas antes del concierto, fueron rebasadas desde el primer acorde...
Kashmir, gracias por un concierto espectacular.
-Tico
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