Esta entrada, intitulada como el poema de William Ernest Henley (cuya figura inspiró a Stevenson para crear a Long John Silver, el famoso pirata de "La Isla del Tesoro") es para compartir con ustedes queridísimos lectores, el poema de donde Eastwood tomó el nombre de la película, el poema que Nelson Mandela se recitaba a sí mismo en Pretoria durante su estancia cautiva, el poema que me hizo derramar lágrimas y que me recordó quien soy yo y quien quiero ser, el poema que cargo en mi cartera y leo cuando las cosas se tornan malas junto al ensayo sobre la crisis atribuido a Albert Einstein.
"El poema “Invictus”, de una belleza melancólica, victoriana, marmórea, impresionante, sobrecogedora, es un canto a la fe, a la libertad y a la resistencia humana enfrentadas a los momentos más desoladores, solitarios y terribles de la existencia. No es de extrañar que el poema fuera escrito por un hombre que fue niño condenado a la enfermedad y la minusvalía; no es de extrañar que este poema le sirviera de guía y consuelo espiritual a Nelson Mandela mientras estaba encarcelado y era humillado y vejado por su ideas, por su compromiso ético con los suyos, consigo mismo."dice Juan Antonio González Fuentes en su ensayo sobre el poema, me pareció una descripción bastante acertada.
Sin más quiero compartir con ustedes, este hermoso poema.
INVICTUS
Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.
INVICTUS
Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
-Tico
I thank whatever gods may be
ResponderEliminarFor my unconquerable soul.
...
My head is bloody, but unbowed
...
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.
Wooo.. Resulta imposible imaginar cómo alguien pudo estar tanto tiempo privado de cosas que le pertenecen por el simple hecho de ser, y es aún peor imaginar cómo hay quién no necesitó una cárcel para estar en las mismas condiciones.